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Pérdida de sensibilidad estética: Pallasmáa y la arquitectura

El problema planteado por Pallasmáa se centra especialmente en la práctica arquitectónica y la pérdida de su aura, pero ¿qué tan grave es esta situación? y ¿es posible hallar una pérdida así en el arte plástico y la música?


Pallasmáa comenta, en síntesis, que se ha venido evidenciando una aceleración en el flujo de imágenes gracias a tres grandes factores: las extensiones tecnológicas que complementan la vista, la adopción de la estrategia psicológica de la publicidad o la implementación de la lógica del beneficio utilitarista, y al hecho de que el consumidor, al tener la posibilidad de tener cierto “control” sobre lo que quiere ver en sus redes y al haberse visto permeado por la información, escoge y omite con mayor velocidad qué desea y qué no, estructurando así mismo el comportamiento publicitario, perfeccionándose y a su vez estructurando este comportamiento en los individuos. Se está experimentando una saturación estética que irónicamente está provocando una pérdida de sensibilidad estética.


Decía Vernant que los colossos llegaron a formar parte del paisaje y con el tiempo incluso se volvieron como invisibles, en el sentido de que los engramas no estaban causando el efecto engráfico necesario para la experiencia estética que originalmente despertaba; la pérdida de sensibilidad estética provoca la ausencia o deformación de la comunicación estética. Normalmente se puede pensar que el código cultural se estructura gracias a su cultivo, entre más conoce el ser humano más puede distinguir, más ideas se pueden desarrollar; representa, en últimas, poder identificar con mayor facilidad los significados de los signos y esto es esencial a la hora de entablar comunicación estética, pues dependiendo del código de cada quien es posible identificar en mayor o menor medida sus rasgos retóricos que tienen una influencia más directa con el cuerpo: entre más se logre identificar más puede llegar a sentir el cuerpo, con más facilidad se puede estructurar una experiencia más intensa, más tangible; en cambio el que desconoce no verá ningún signo que estimule alguno de sus sentidos, verá nada más una imagen proyectada en la retina sin significado. Por eso se promulgaba el cultivo, la exposición a contenidos estéticos con el propósito de no perder la conexión con los engramas o signos.


Sin embargo, hoy en día la situación es de una completa saturación. Para comprenderlo haré un ejemplo: en una superficie hay varios puntos, rayas y otras figuras. Si hay una persona cuyo código cultural no comprende qué son las rayas y las demás figuras, o no tiene palabras para nombrarlas, probablemente sólo podrá identificarse con los puntos, los verá familiares y su relación comenzará por allí. Los puntos no son problema de identificar a menos que no se cultive el conocimiento de cuál es el punto; pero una sucesión de puntos, cada vez más y más unidos, al caso de saturarse en la cercanía, lo único que dejarán a la vista de aquel que poco ha cultivado su concepción de “punto” es una aparente raya. Posiblemente ese individuo, aquel que no conoce la palabra punto, no ve los puntos desde su individualidad sino desde su continuidad, no va a poder identificar un punto sino las rayas que aquellos componen. Algo similar está sucediendo en la práctica arquitectónica, el flujo constante de imágenes están provocando una pérdida de individuación en ellas, sus significados no logran trascender y estructuran en los individuos imágenes carentes de sentido, va perdiendo su capacidad de identificar esa individuación y ello se refleja en su mirada plana que no logra entablar correcta comunicación estética con lo que tiene al frente. Se pierde la experiencia estética.


Ahora sí, ¿qué tan grave es eso? De acuerdo con Nuncio Ordine, el ser humano se ha visto últimamente más atraído por la lógica del beneficio utilitarista que por aquello que es esencial para el ser humano, tal como el arte. No es casual ver que muchas personas en los museos de arte se cuestionan el sentido de las obras, las ven como incoherentes, como un chiste de estos tiempos, pero esos juicios al final responden a una tremenda diferencia en los códigos culturales y en el capital cultural; no se logra entablar la correcta comunicación estética. Lo que genera es un distanciamiento entre emisores y receptores cada vez más insensibles y ello se puede reflejar en la práctica, en los productos culturales que buscan más lucrarse que tener significado.


Sí es una situación que se presenta en el arte plástico y en la música: cuando el arte está sujeto al mercado, ese arte deja de ser autónomo y se asemeja más a un artefacto que no busca los afectos como medio sino como producto. El habitus se empieza a estructurar a partir de las disposiciones que normalizan esa sujeción del arte a las lógicas del mercado y la publicidad, y eso provoca problemas a nivel cognoscitivo y estético. Categorías estéticas como la belleza, lo sublime, lo grotesco, lo nostálgico, han perdido su efecto y eso se refleja en últimas a nivel moral. Esas categorías nos definen como seres humanos, perder su sensibilidad es perder la esencia humana. Eso provoca que el hombre desarrolle, con menor medida, otros afectos como la solidaridad, la empatía, el respeto, el sentido de pertenencia, etc. Una pérdida de este tipo implica, por ejemplo, despreocupación y posible olvido de aquellas manos cargadas con significado que describe Brun o de las sombras planteadas por Stoichita.


Juhani Pallasmáa


Bibliografía:


- Brun, Jean. La mano y el espíritu. 1975.

- Muniesa, Aurelio Vallespín. "Juhani Pallasmaa. La mano que piensa. La sabiduría existencial en la arquitectura Barcelona: Gustavo Gili, 2012, 173 págs. Idioma: castellano." ZARCH: Journal of interdisciplinary studies in Architecture and Urbanism 2 (2013): 209.

- Pallasmaa, Juhani, y José Puente. La mano que piensa: sabiduría existencial y corporal en la arquitectura. Gustavo Gili, 2012.

- Pérez, David. "Juhani Pallasmaa. Los ojos de la piel." Exit Book: revista de libros de arte y cultura visual 8 (2008): 124.

- Stoichita, Victor.. Breve historia de la sombra (Siruela, 1999).

- Vernant, Jean-Pierre. Mito y pensamiento en la antigua Grecia (Barcelona: Editorial Ariel, 1985).

- Vernant, Jean-Pierre. La muerte en los ojos: figuras del otro en la antigua Grecia (Gedisa, 2001).


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